miércoles, 22 de mayo de 2013

Ciento uno

"Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego".
(Aristóteles)

foto:  pizarra (Alt Urgell)

Salzburgo

Salzburgo rezuma música por los cuatro puntos cardinales, basta con saber que ésta es la ciudad de Mozart por excelencia y que Julie Andrews inmortalizó la región con su inolvidable Sonrisas y Lágrimas. Así lo recuerda
toda una legión de souvenirs que hace las delicias al turismo, sin olvidar que cualquier época del año es buena para comprar delicados ornamentos navideños, muy característicos de estas latitudes.
   Con 150.000 habitantes, Salzburgo tiene la dimensión precisa para recorrerla a pie y admirar con detenimiento su riqueza barroca. A orillas del Salzach, la ciudad es un conjunto de bellas plazas, iglesias, capiteles y cúpulas a los pies de una de las más grandes y mejor conservadas fortalezas de Europa. Repleta de intrincados callejones, encontramos un buen número de cafés donde acompañar también con una apfelstrudel (tarta de manzana), antes o después de conocer la vivienda de color amarillo donde nació Mozart, y luego otra de mayores dimensiones donde más tarde se trasladó con su familia.
   Cómo máxima expresión del barroco encontramos el palacio llamado simplemente Residenz, con sus salones oficiales decorados con tapices y frescos. La majestuosa catedral (Dom) o la Residenzplatz, con su hermosa fuente de mármol también son buenos ejemplos del barroco.