miércoles, 12 de julio de 2017

Ciento veintitrés

"En la vida lo más importante es tener coraje, el resto llegará por sí solo".

(Indira Gandhi)

Foto: Un mal día para escalar (ventisca en La Masella)

Cracovia (I)

De entre todas las ciudades europeas que merecen ser visitada Cracovia ocupa uno de los puestos principales. El viejo continente es pródigo en hermosas urbes por unos cascos antiguos que siempre van acompañados de todo el peso de la historia, por ello la ciudad más destacada del sur de Polonia requiere de una atención especial.
   La atmósfera medieval cobra relevancia en las calles adoquinadas del centro, así como la magnífica Rynek Glowny, que por sus grandes dimensiones es la mayor plaza medieval de Europa. Rodeada de regios edificios bien conservados, carruajes estacionados a la espera de turistas, y la famosa Lonja de los Paños (s. XIV), forman un precioso conjunto a los pies de la imponente basílica de Santa María, cuya primera estructura data del año 1220, y consta de fachada de ladrillo rojo y dos torres de altura dispar.
   Los puntos de interés son tan numerosos que resultaría absurdo y aburrido enumerarlos todos, pero si que vale la pena destacar algunos de ellos, como puede ser el castillo de Wawel, que albergó el centro político y cultural de Polonia hasta el siglo XVI; el barrio judío de Kazimierz o, diez kilómetros al este del centro, el distrito de Nowa Huta, donde una planta siderúrgica aportaba casi la mitad de la producción nacional de hierro y acero durante la época comunista y que como resultado de ello se construyó un barrio obrero de casi 200.000 almas y afeados bloques grises de viviendas.
   Los parques, los paseos junto al anchuroso Vístula, los pequeños comercios sobrios pero auténticos, las calles peatonales y un patrimonio arquitectónico bien conservado son la excusa perfecta para venir a esta ciudad que no defrauda y animarse a visitar otras ciudades de Polonia: Gdansk, Varsovia, Poznan, Wroclaw, Tórun...