miércoles, 23 de diciembre de 2009

Ciudades del Loira









Si bien es verdad que los suntuosos castillos han dado celebridad mundial a los departamentos bañados por el río Loira, no menos cierto es que en esas brumosas regiones se hallan ciudades que despiertan el interés del viajero. Ello significa que hay que congratularse por doble motivo, pues en un mismo periplo habrá que repartir el tiempo entre fortificaciones y urbes. Muy probablemente, al llegar a casa reconoceremos que esa porción de Francia da para mucho -tal vez más de lo imaginado-, y quizá florecerá el anhelo por una segunda visita.
Siguiendo el emblemático río, influenciados por una fascinante historia que desde tiempos inmemoriales se encargaron de forjar romanos, vikingos y más tarde nobles desquiciados, van saliendo a nuestro encuentro unas ciudades donde el peso de esa historia no pasa inadvertido, más aún, se engrandece.
Orleans rinde homenaje a Juana de Arco, pues la valerosa dama libró aquí cruenta batalla contra los invasores ingleses con victoria para el bando galo. Como en tantos otros lugares del país, el casco antiguo es realmente encantador.
Lo mismo puede decirse de Blois y Amboise, en pleno corazón de la ruta de los castillos. Son paradas casi obligadas, ya que ambas conservan imponentes fortificaciones y están muy cerca de las principales atracciones de la región: Chambord, Cheverny y Chenonceaux.
Tours tiene aires aburguesados, con amplios bulevares del siglo XVIII y notables edificaciones. No obstante, no ha sabido sacarle partido al hecho de ser bañada por el Loira, por lo que sus riberas no merecen especial atención.
Chinon, Angers o más lejos todavía Saumur, cada una de ellas cuenta con su respectivo Château y su barrio antiguo que con facilidad nos transportará a épocas medievales, siendo igualmente excelente punto de partida para visitar otros castillos, muchos de los cuales aparecerán de improviso en plena ruta.
Nantes, antigua capital de Bretaña y muy próxima a la desembocadura del Loira, es diferente a las demás por varios motivos, entre ellos el que aquí naciera el primer transporte público del mundo, que durante el siglo XVIII fue el puerto más importante del país y que se trata de la sexta ciudad más grande de Francia. Además, su vida cultural es muy destacada, y no hay que olvidar que esta ciudad vio nacer a nada más y nada menos que a Julio Verne en 1828.

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